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miércoles, 20 de abril de 2011

“LA AMNISTÍA NO ES LA PAZ”





“LA AMNISTÍA NO ES LA PAZ”

Por Athemay Sterling

Jaime Bateman Cayón, nacido un 23 de Abril en la linda Santa Marta, Ciudad donde murió Simón Bolívar como signándolo con este mes, de la belleza de las flores colombianas, indicó en su tiempo que “…la amnistía no es la paz…” y fue él y antes Jacobo Arenas quienes coincidieron histórica y políticamente en afirmar que “…sólo habrá Paz en Colombia cuando no sea apenas amnistiando o parando los tiros, sino cuando haya justicia social…”





“La paz será ganada a través de la lucha de las diferentes expresiones del movimiento popular como lo dijo Manuel Marulanda Vélez, un hombre que formó juventudes y pueblo colombiano por la transformación que también es nuestro objetivo”, planteó Jaime Bateman Cayón cuando se le preguntaba por los diferentes medios de comunicación acerca de la diversidad y dificultades para encontrar la Paz en Colombia.





Era lo que él ejemplizaba con decir que “… todo esto es como un sancocho colombiano…”, explicando pedagógicamente que esa diversidad de expresiones de diferentes procesos por una Nueva Colombia sólo se puede dar si la unidad, también de diferentes niveles, era una concreción.





Cada conversación con Bateman era una enseñanza a través de ejemplos concretos y de la realidad colombiana como cuando Manuel Marulanda Vélez escribió una Carta al Presidente Andrés Pastrana Arango leída por Joaquín Gómez el día que quedó su silla vacía en el Caguán y él hablaba de manera concreta y sencilla sobre la expropiación terrateniente al campesino, colono y agricultor colombiano despojado de sus gallinas, tierra y arado.





Ambos, Marulanda y Bateman son hoy parte de la Historia de la Lucha de Clases y del conflicto social y armado en Colombia que nadie puede ni debe ignorar, pues su análisis sería incompleto y la historia mal contada.





Se les conoce sus pensamientos como si fueran profesor y alumno al unísono, cuando expresaban de forma sencilla sus planteamientos, cada uno en sus diferentes campos de acción calzando muchos puntos comunes, como cuando Bateman en casi todas sus entrevistas hacía alusión a Manuel Marulanda Vélez. Era una continuidad su remembranza.





No podrá la historia de Colombia eludir estos hijos de su patria, uno que murió en la selva de muerte natural sin ser vencido y el otro también en la selva, limítrofe entre Colombia y Panamá cuando la avioneta, en un mes de abril también, donde viajaba fue perdida, desaparecida o delatada para que la derribaran según las hipótesis que se barajan a través del tiempo.





Sobre los traidores decía que “…no eran más que malos hijos, buenos mandarines, pero con la capacidad de entregar principios y hasta su propia ascendencia con tal que la cooptación al régimen fuese en beneficio personal y en contra de los intereses de la población, todos unos cobardes…”.





Y parece ser que Bateman tenía razón al conocer hoy a algunos de sus antiguos con-militantes arrimados al Régimen y traicionando los principios que él les enseñó. No quiero nombrarlos, pues la opinión los conoce: estuvieron cogobernando con AUV, cohonestando toda la criminal acción de esos 8 años, criminalidad cometida lesionando a la sociedad y a la democracia.





Pero el desarrollo de la lucha popular ya tiene experiencia acumulada para lograr una Nueva Colombia y muchos de sus camaradas de antaño hoy dan ejemplo de continuar batallando para que sea el pueblo y sus organizaciones y procesos populares quienes en diferentes tipos de unidad logren las reivindicaciones y se alcance la Paz con Justicia Social, como era el sueño de Manuel Marulanda Vélez, Jacobo Arenas y Jaime Bateman, seguidores los tres del genio histórico del Anfictionismo de Simón Bolívar.



Athemay Sterling

Colombia Abril de 2011





Jaime Bateman Cayon un profeta de la paz, luchador inacansable, enamorado del mar.