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viernes, 22 de abril de 2011

JAIME BATEMAN CAYON. Por Gonzalo Delgado Veredas

Gonzalo Delgado Veredas

AVILA (España) 22/4/2001










AVILA (España) 22/4/2001


Que difícil me resulta a doce mil kilómetros y con un inmenso océano separándonos tratar de plasmar los sentimientos que en mi convocan la figura de JAIME BATEMAN CAYON.

He recabado información siempre buscando el perfil más humano y huyendo de todos los aditamentos que el tiempo y el oportunismo hicieron que su figura acaba convirtiéndose en un mito.

Mal que les pesen a la oligarquía y a cierta clase política colombiana “El Flaco” ya por derecho forma parte de la historia del pais.
El tiempo se encargará de engrandecer su figura y dará la verdadera dimensión política y humana de este costeño con alma bolivariana.

Buena maestra tuvo Jaime en la figura de su madre, Clementina Cayón, “berraca” donde las haya, de Ella heredó su sagacidad y su astucia, creció en ambientes de movimientos sociales reivindicativos y de intensa y comprometida militancia politica encarnado todo ello en la figura de su madre.

Admiro en Jaime su coherencia, su quehacer fue fiel reflejo de su pensamiento en continua evolución, desde su militancia en el Partido comunista colombiano, donde dejó su impronta rompiendo toda clase de estereotipos en cuanto al perfil que debía tener el “verdadero” comunista, pasando después por las FARC, donde discrepó de sus estrategias, hasta desembocar en la fundación del movimiento M 19, como ideologo y principal inspirador de toda una filosofía del recién creado grupo.

Todo sus actos llevaron su impronta personal, cuando reflexiono sobre su figura siento la necesidad de buscar su perfil mas humano y es ahí donde empiezo a encontrar su verdadera dimensión.
He de reconocer que Jaime estuvo dotado de un carisma especial, como buen costeño su carácter fue tímido y triste pero también estaba dotado de una espontaneidad y explosión de simpatía lo que le hacia ser muy cercano.

Me impresionó siempre su tenacidad, su minusvalía en una de sus piernas fruto de un accidente en su infancia no fue óbice en su vida para afrontar todo tipo retos, ni las selvas del Caquetá impidieron que siguiera su lucha.

Tengo la certeza de que Jaime fue un hombre de Paz y de consenso, buscó la paz sin descanso, topándose siempre con la negativa de quien tenía que interlocutar, que no era otro que el presidente de la república de entonces, Belisario Betancur, fueron varias las ocosasiones en que le esquivó, y la ultima mandó a un interlocutor a Panamá, ese fue el viaje que nunca llegó Jaime, tal vez fuera premonitorio…….también Jaime buscaba la Paz. Pienso que han pasado años y sigue habiendo fuerzas ocultas en el país que no quieren la PAZ, cuando se habla del “Acuerdo humanitario” se hacen oídos sordos y se apuesta por prolongar mas el conflicto.

De su carácter admiro su concepción bolivariana, Jaime colombiano de pro y “Alma Caribe”. Cuantas noches cerrando mis ojos hubiera querido compartir una buena ración de mango y un vaso de piña colada escuchando vallenatos, en especial el titulado “La Ley del Embudo” y hablando de lo divino y humano………cuanto aprendería..

Jaime, tienes plena VIGENCIA, tu ejemplo de vida no se quedó en el Darién panameño, tu semilla politica se enraizó y dio sus frutos al formar parte de la Constituyente del 91 y aún sigue viva alimentado la esperanza de la PAZ de muchos corazones colombianos.

GONZALO DELGADO VEREDAS






Jaime Bateman Cayon un profeta de la paz, luchador inacansable, enamorado del mar.